La valoración positiva de Macri orilla el 50%. El clima y las expectativas de la población caen, aunque se mantienen en niveles altos a casi seis meses de iniciada la nueva gestión. La ausencia de una alternativa y la esperanza de que esta administración resolverá los problemas, contribuyen a mantener el nivel de apoyo al gobierno. 

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Informe estratégico sobre Argentina

Número 04 26 de mayo 2016

Sigue por ahora la luna de miel de Macri

La valoración positiva de Macri orilla el 50%. El clima y las expectativas de la población caen, aunque se mantienen en niveles altos a casi seis meses de iniciada la nueva gestión. La ausencia de una alternativa y la esperanza de que esta administración resolverá los problemas, contribuyen a mantener el nivel de apoyo al gobierno. 

Uno de los mayores latiguillos usados por analistas y la prensa al comienzo de un nuevo gobierno es  el de “ la luna de miel” del recién llegado con la población. Algunos dicen que este período de gracia se extiende entre los 100 y los 180 días desde el inicio de la gestión. En este lapso, las expectativas positivas de la sociedad se mantienen altas y las demandas se moderan y se postergan.

A su vez, este es un período en el que el gobierno debe tomar decisiones claves para lograr un mejor desarrollo de sus planes y para tratar de mantener altos los apoyos de la opinión pública. En sus primeros 180 días, el presidente Macri sinceró el valor del peso en relación con el dólar a través de una devaluación, acordó con los holdouts y comenzó a normalizar los precios de las tarifas. La mayor inflación y el aumento en los servicios públicos y en el transporte, afectaron a la población.

Cumplidos casi seis meses desde que Macri asumiera la presidencia, la valoración positiva del gobierno sigue alta, orilla el 50%. También permanecen altas las expectativas futuras: la opinión pública, si bien se manifiesta preocupada por el aumento en los precios y por la posibilidad de pérdida del trabajo, mantiene la esperanza de que el gobierno resolverá los problemas y logrará devolver cierta normalidad.

Sin embargo, como suele suceder, en estos meses hubo una erosión en el clima de confianza y en el nivel de expectativas.

Si observamos el índice que todos los meses entrega la Universidad T. Di Tella, la confianza del consumidor (ICC) cayó en abril 10,3% en relación al mes anterior, y 18,3% respecto de abril de 2015. El dato más revelador surge al descomponer los números por región: la caída en abril respecto a marzo fue muy acentuada en el Gran Buenos Aires (11,9%) y en el interior del país (11,7%), mientras que fue bastante menor en la ciudad de Buenos Aires (2,5%).

Desde que el nuevo gobierno asumió en diciembre, el ICC tuvo caídas todos los meses, salvo en el mes de marzo, que tuvo un repunte del 5,6% respecto de febrero. El promedio de diciembre a abril marca una caída del 21,9%.

Es posible que las caídas en los meses de diciembre 2015 y enero y febrero 2016 estén asociadas al aumento de la inflación por la devaluación, mientras que la disminución de abril 2016 encuentre su explicación sobre todo en el importante aumento de las tarifas de los servicios públicos que comenzó a regir por entonces.

Marzo de 2016, único mes que marcó un aumento en el índice de confianza del consumidor, estuvo signado por varios eventos positivos que pudieron haber mejorado el clima como, por ejemplo, la visita a nuestro país del presidente Obama y los fuertes anuncios del gobierno en materia social (universalización de la asignación universal por hijo –AUH- y devolución del IVA a jubilados).

Si observamos ahora los guarimos del índice de confianza del consumidor registrados a los seis meses de iniciadas las dos presidencias de Cristina Fernández de Kirchner (10 de diciembre de 2007 y de 2011), advertimos que están en un nivel cercano del dato correspondiente a la gestión del presidente Macri.

Esta comparación también es relevante porque el ICC ha demostrado tener una correlación positiva con la intención de voto de la población.

En el plano de la política, el peronismo ha tratado de aprovechar el incipiente cambio de clima y de expectativas promoviendo algunas acciones de sus diferentes vertientes: del kirchnerismo, con la importante presencia mediática de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner luego de declarar en Comodoro Py; del sindicalismo, a través de la movilización del 29 de abril pasado; y del peronismo no kirchnerista mediante el fuerte debate público por la ley “antidespidos” que, finalmente, el presidente Macri vetó.

Estos episodios de la política, y los datos relativos a la confianza de la población, no son suficientes como para sostener que ha terminado la luna de miel del gobierno, pero si marcan una tendencia en esa dirección. La ausencia de una alternativa clara mantiene en alto las expectativas de la población. Queda el interrogante acerca de cuánto tiempo más podrá el gobierno mantener este nivel de confianza y de cómo se irá modificando hasta las elecciones del año próximo.

Grafico Confianza 2

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